Y la desigualdad se mantiene fuerte. Fuerza necesaria para poder "presionar con éxito" contra la mayoría. Fuerza que pueden dar, justamente, las máquinas.
Lo hemos visto varias veces en los últimos tiempos, y concretamente en la última guerra (hasta ahora, mientras lo del Sahara no vaya a mayores) la de Nagorno Karabaj entre azerbaiyanos y armenios (2). Ganaron los drones. Drones israelíes y turcos (no es casualidad quienes están del lado de las máquinas de guerra automáticas) contra fusiles armenios. Perdieron los armenios, ganó "la guerra inhumana en todos los sentidos", por supuesto. Los drones se probaron y perfeccionaron con éxito.
Parece que estamos ante uno de los dos futuros de los que hablaba Stephen Hawking. Que es nuestro futuro. Y cada vez más nuestro presente. Si no se hace nada al respecto, el mundo puede iniciar una carrera desestabilizadora de armas robóticas. Reemplazar tropas por máquinas facilitaría la decisión de ir a la guerra y trasladaría aún más el peso del conflicto contra los civiles. Las armas completamente autónomas cometerían errores trágicos con consecuencias nunca antes vistas que podrían alimentar las tensiones, como se explica en la página de la campaña internacional “Stop Killer Robots (SKR)”. (3)
Como pudimos ver en la VIII edición de las Jornadas Antimilitares y Memoria Histórica organizadas por el Centro de Investigación para la Paz Gernika Gogoratuz (4), España forma parte de la lista de estados que se oponen a la prohibición de este tipo de armas. Esta misma posición es compartida por una docena de otros países, incluidos Estados Unidos, Rusia y el Reino Unido.Por eso, por Armenia. por los pueblos subyugados, por los actuales perdedores de la historia, por nosotros, la prohibición de estas armas es fundamental.
(2) https://www.efe.com/efe/america/destacada/los-drones-campearon-en-cielos-de-karabaj/20000065-4364853?
(3) https://www.stopkillerrobots.org/learn/?lang=es#problem
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