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Todos
los sectores económicos están sufriendo serias dificultades a causa de esta
pandemia, profundizándose una crisis que ya venía de atrás (Bueno todos, todos,
no. Hay excepciones, contadas claro, pero significativas, como la especulación
- Un botón- Elon Musk ganó 7 mil millones de dólares en un día (1), lo que
demuestra, por cierto, una "productividad" impresionante)
Y lo
que está claro es que las medidas que se toman para acabar o mitigar los
efectos devastadores sobre la economía no están siendo tan efectivas como
deberían.
Pero,
¿cuáles deberían ser las soluciones a los problemas de estos sectores? La
respuesta dependerá de la perspectiva que usemos. Porque los problemas sociales
y económicos se pueden analizar utilizando diferentes focos que nos permiten
describirlos de manera diferente. No me refiero, en este caso, a perspectivas
conflictivas como las de empresarios versus trabajadores o turismo versus
seguridad sanitaria, sino que me refiero a perspectivas que pueden y deben ser
utilizadas por el mismo grupo de personas, sea un sector o una clase. Visiones
que a menudo nos harán repensar afirmaciones que a primera vista parecen
obvias. A modo de ejemplo reflexionaré sobre dos manifiestos del mismo sector,
el de la cultura. Un sector muy importante y del que, además, personalmente me siento
cercano.
El
primer manifiesto (2) que mencionaré se materializó en torno a la llamada
"Alerta Roja" que se concretó en Galicia (hasta ahora) en los mítines
de Compostela y de Vigo el pasado 17 de septiembre. La movilización tuvo un
amplio eco como pudimos ver en Praza (3) o en Nós (4).
En el
acto de Compostela (como leemos en el citado enlace a Praza) se denunció que
"este sector fue uno de los primeros en suspender su actividad y seis
meses después la parálisis sigue siendo la nota predominante. Si no se alivia
esta situación límite, se destruirá el empleo , miles de familias irán a la
quiebra y se provocará la inviabilidad futura del sector ”.
Como
vemos el foco ilumina la situación "realista" del sector. Parten de
que se trata de un sector productivo “el 3,8% del PIB español y 700.000 puestos
de trabajo relacionados” y como tal analizan: “ el sector está viviendo una
situación límite, que, de no paliarse, supondrá la ruina de miles de familias,
la imposibilidad de mantener el empleo y la inviabilidad futura de las empresas
y de la actividad de muchxs profesionales” (“ Comunicado de movilizaciones del
17S ”) y exigen claramente sus reivindicaciones como lo haría cualquier otro
sector productivo:“ Instamos al gobierno de España y a los Ministerios de
Trabajo, Hacienda, Asuntos Económicos, Cultura y Deporte, e Industria, a tomar
medidas urgentes en las próximas semanas para garantizar la supervivencia del
sector, además de crear de forma inmediata una mesa sectorial que defina las
necesidades del mismo, afectado por la estacionalidad e intermitencia de la
actividad, dando prioridad a la regulación a través de la negociación de un
convenio colectivo sectorial de ámbito nacional”.
En
consecuencia proponen medidas urgentes similares a las propuestas por otros
sectores productivos: “Reactivación inmediata de las agendas culturales y de
eventos de las administraciones públicas, en especial las de las entidades
locales, bajo el estricto cumplimiento de todos los protocolos de seguridad
sanitaria, la prórroga de la prestación especial por cese de actividad, la
prórroga de los ERTE y reconocimeinto de la actividad como intermitente o la
aplicación del IVE reducido en los sectores vinculados a la Industria Cultural,
de Espectáculos y Turismo de Congresos, Reuniones, Incentivos y Eventos (MICE),
como medida dinamizadora de la actividad."
Evidentemente,
son exigencias razonables para un sector muy afectado, que se concretan en 14
medidas urgentes: para el sector, para los autónomos, para los trabajadores por
cuenta ajena y para las empresas. El manifiesto es un verdadero grito de
socorro.
Un
grito necesario en defensa de un sector económico importante y también,
indirectamente, de las personas que lo componen, aunque con estas medidas,
adelantémoslo, inevitablemente seguirán a quedar atrás personas.
El
segundo manifiesto (5) se conoció hace unos meses (30/04/2020) ya en plena
pandemia y con ella muy en mente, y se tituló "Personas que trabajan en la
cultura, por una renta básica universal e incondicional" que el 17 de
junio tenía un número de adhesiones de más de 4.500 personas.
El
manifiesto comienza con una afirmación clara: "... una renta básica
universal e incondicional sería la mejor política cultural posible".
Justifican
esta afirmación en que “la renta básica universal ... favorece directamente a
las personas que la necesitan y no se distrae en las estructuras, como hacen
tantos sistemas de financiación públicos, que se pierden en un flujo de riqueza
que supuestamente va de arriba hacia abajo pero nunca llega abajo ... Si se
necesitan estructuras, ya las construiremos nosotros mismos.
Pero
para llegar a esta conclusión parten de una panoramica amplia analizando tanto
la sociedad real en la que se desenvuelve la cultura como el propio lugar que
ocupa “¿De qué nos serviría un sistema cultural que estuviera solo al servicio
de quienes tienen el tiempo, los recursos y la tranquilidad para "consumir
cultura"? ... Si la vida social no está garantizada, la cultura no es
viable o acaba siendo un recurso insolidario y elitista".
Y
también la “producción” cultural: “ya no queremos apoyar un sistema que solo
nos pide producir - incansablemente ... en una dinámica en la que nada se
aprovecha, nada es profundo y en la que la cultura está en perfecta sintonía
con tantas otras dinámicas de sobreproducción del sistema capitalista ”.
Este
manifiesto analiza el sistema concreto del que la cultura forma parte y no le
gusta. Y reclama una medida no diseñada específicamente para este
"sector". La Renta Básica tan sólo supone la garantía de unos
ingresos suficientes para todas las personas, pero no cabe duda de que su
aplicación complementaría las medidas propuestas por "Alerta Roja",
al menos "... para los autónomos, para los trabajadores por cuenta ajena y
para las empresas ”de lo que habla en sus 14 reivindicaciones, las modificaría
fuertemente, o incluso las reemplazaría por quedar innecesarias muchas de
ellas.
Pero,
al mismo tiempo, propiciaría un cambio en la forma en que entendemos la
cultura, tanto en quienes la crean y transmiten como en quienes la disfrutan,
permitiéndonos sentar las bases de una nueva forma de entenderla.
Y al
igual que en la cultura, se podrían analizar los posibles efectos de una Renta
Básica en la educación (¿vamos a mantener un currículo para “producir”
trabajadores o priorizaremos “formar” personas?), ciencia, deporte ... o el
mismo concepto de trabajo, rompiendo por fin con su carácter de mercancía de
venta obligatoria para quienes no tenemos otro medios de vida para convertirlo
en un auténtico derecho. La renta básica no habla de estos problemas, pero su
tratamiento será diferente con ella.
O a
otro nivel: El socialismo, el ecologismo, el anarquismo, el feminismo ...
analizan globalmente el sistema actual, comprueban que no les gusta e imaginan
otros sistemas posibles. Los desafío a que descubran cómo la Renta Básica puede
ayudarlos en su camino.
Una
medida simple que puede ser un punto de encuentro para todas las personas que
somos conscientes de la necesidad de un cambio de rumbo en un sistema que se
está agotando.
(1) “O día 17 de agosto de 2020 Elon Musk gano 7.000 millones de dólares”:
(2)Manifiesto Alerta Roja:
(3) Alerta Roja en Praza.gal:
(4) Alerta Roja en Nós.gal:
(5) Manifiesto Cultura-Renta Básica:
Outros enlaces de interesse:
(6) Vídeo Que es la RBU? (5’ 11”)
(7) Iniciativa de Ciudadanía Europea: O que é:
Firme la Iniciativa de Ciudadanía Europea:
(8) Colectivos Cidadáns a prol da Renda Básica Universal, blog: